No creo que exista el perro que no necesita pasear, aunque
mucha gente lo piense no les vale con tener un jardín grande ni una finca donde
correr. Ellos quieren más. Es verdad que hay perros que se adaptan a la forma
de vida de sus dueños, cuando llegan a cierta edad se vuelven más tranquilos y
es posible que tan sólo pidan dos o tres paseos cortos al día para hacer sus
necesidades, la perrita de mi madre es así, tiene 9 años.
Los míos no son así, nunca lo han sido. Gara siempre fue hiperactiva,
daban ganas de matarla algunas veces. Recuerdo que cuando era cachorra la
sacaba a pasear mínimo 3 veces al día cada día, íbamos al parque y corría como
una loca detrás de todo lo que veía, lagartos, algunas veces gallinas, otros
perros, palos que yo lanzaba, juguetes, daba igual ella quería correr y tenía
una energía sin fin. Después de todo eso
y largos paseos llegábamos a casa y yo me sentaba en el sofá, pero ella buscaba
su juguete y lo traía encantada para que yo jugara con ella. Era incansable.
Después de un tiempo pensé que pasear no era suficiente, y
como nunca se ha portado muy bien sin la correa tenía que buscar alternativas,
así que empecé a correr con ella. Por ella me convertí en una “Runner”.
Empezamos corriendo por el paseo junto a la playa, los primeros días no llegábamos
al km, después de la primera semana ya lo superábamos. En pocas semanas ya
corríamos 3 o 4 km unas tres veces por semana y cada vez más rápido. Cuando me
di cuenta, la dos éramos capaces de correr 10 km en menos de una hora, si algún
runner está leyendo esto puede que diga, “No es gran cosa”, pero para nosotras
era un gran alivio.
El alivio no era sólo porque Gara llegaba cansada, yo
también, pero además cada vez me sentía mejor. Me notaba en forma, pero por
dentro estaba aliviada, tranquila, en paz, satisfecha. He hablado de Gara, pero
no de mí. Yo de cachorra también era hiperactiva y sí, seguramente también
daban ganas de matarme. Tenía demasiada energía acumulada, soy una persona
impulsiva y con carácter, todo eso junto es una bomba. Cuando empezamos a
correr todo eso fue disminuyendo, las dos estábamos más relajadas y teníamos
más auto-control.
Después de eso dejamos la playa y empezamos a correr por la montaña,
el Trail. El Trail es duro, encuentras más desnivel, tienes más posibilidades
de hacerte daño por el relieve del terreno, pero para mí es más divertido. Ahí
fue cuando se nos unió Pluto. Pluto es diferente, él es más un espíritu libre.
Si le llevas a correr por asfalto y con correa antes de recorrer 4 km está
cansado, se va parando y le notas sin aire, así que no te queda otra que parar
porque tienes miedo de hacerle daño. En
cambio, si le llevas al monte…. Si llevas a Pluto al monte puede correr
distancias mucho mayores. Pero él es diferente, Gara y yo corremos compitiendo
contra nosotras mismas, con el ansia de superarnos, de correr más rápido, en
cambio Pluto realmente disfruta del trayecto. Él se para cada cierto tiempo a
oler, a comer hierva, a hacer sus cosas y luego viene a toda velocidad y nos
adelanta unos 200 metros para que le de tiempo de volver a parar y seguir
disfrutando.
Ahora ha llegado WiFi, alias “Conexión de Alta Velocidad”,
hay que decir que viene con ventaja, WiFi es joven como lo era Gara cuando para
cansarla había que correr mínimo 20 km. Después de todo éste tiempo Gara corre
a mi lado, como guiándome o cuidándome, Pluto sigue a su aire parando cada
rato, y luego intenta coger a WiFi en un intento desesperado por recuperar su
juventud, pero eso sólo se puede hacer durante los primeros kilómetros, luego es
imposible. WiFi va y viene, sube y baja, ésta mañana subió por una pared casi
vertical y luego saltó de una altura de más de dos metros y siguió corriendo.
Es un cachorro aún y su energía es increíble, pero nosotros necesitábamos ese
tirón, esa motivación para no dejar de ir, para seguir disfrutando de sentirnos
libres y volver a casa con la sensación de estar orgullosos de nosotros mismos
y en paz. Seguro que algún novio padre de tres perros lo agradece infinitamente
;)
Efectivamente, ellos sacan los mejor de ti, te ayudan a conocerte, a realizarte y añaden emociones a tu vida que quizás no conocerías si ellos no formaran parte de ella. Yo espero que conmigo lo sigan haciendo.
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