jueves, 23 de octubre de 2014

La carta de Bertín, el primo peninsular...


Bertín, mi sobrino favorito nos ha escrito una carta para contarnos cómo lo pasó en el PERROTÓN, una carrera con perros por el centro de Madrid. Creo que es mejor que lo explique él: 


Querida tia,

Por favor traduce esto a perruno canario para que los primos me entiendan, ya que mami me ha hecho el favor de traducir mis ladridos, aullidos, etc...de perruno godo a canario (o lo que sea que habla mami).


Te voy a contar mi día:

Mis papis hace dos días trajeron comida, dos bolsas y dos latas, bien, pues yo llevo en un sin vivir todo ese tiempo, esperando a que abran toda esa comida (Mami y papi dicen que es para los perritos necesitados, pero yo creo que me quieren poner a dieta o matar de hambre, espero que mami no manipule mis palabras...). Esto iba a que hoy se levantaron a las 7.15 de la mañana, ¡un domingo!, y yo pensé “¡Bien!, van a abrir la comida”...pues no, esa comida se quedó cerrada...entonces dije “¡Bien!, me voy de paseo”...pues tampoco; si te cuento lo que hicieron...no te lo vas a  creer, me dieron mi comida de siempre (yo creo que un poco menos, por esto de la dieta) y me encerraron para irse, ni a hacer pipí me llevaron. Yo indignado estuve buscando la manera de hablar con las tortugas para ver si me hacían el favor de llamar a una protectora de animales por semejante maltrato, pero son unas petardas y no me hacen caso (Mami dice que es la edad del pavo, como tienen 16 años...) y como me dejan en la cocina no llego al teléfono.

Una hora más tarde aparecieron éstos desalmados, me bajaron a la calle y sin dejarme tiempo ni intimidad, me dieron prisa para que hiciera pipí y caca muy rápido. Luego empezó a mejorar el asunto porque me subieron en un coche blanco y me dieron un paseo, el segundo de mi vida; pude sacar la cabeza por la ventana, verlo todo, olerlo todo y sentir el aire (un poco sucio). Me bajé en la calle y empezaron a aparecer amigos peludos por todos lados, unos ladraban enfadados, pero la mayoría contentos; pude conocer a muchos, todos muy simpáticos.

Después no paraba el ruido y los ladridos; y llegamos a un sitio donde había muuuuchos perros más, con sus dueños, algunos vestidos, otros con gorros, otros con cámaras para grabar todo lo que pasaba...resulta que era una carrera; cuando salieron mami y papi grabaron vídeos y me metieron a correr entre todos, no ganamos, pero hicimos los 3 km en 18 minutos y me lo pasé muy, muy bien.

Para terminar te diré que no hubo forma de encontrar esos perros necesitados, yo sigo pensando que es mentira, que no existen porque seguro que todos los perros tienen papis que los quieran como los míos y nos trajimos la comida esa de vuelta (siguen sin dejar que la toque, ahora resulta que la van a llevar a un albergue...en fin). Ahhh y se me olvidaba, vimos un concierto que no me gustó nada de una pedorra (que no se lo que significa pero es como mi mamá la llama).

Bueno tía, me despido ya y a ver si pronto te conozco en persona y a los primos también. Un lametón del segundo perro negro de tus ojos (más te vale quererme la mitad, como mínimo que a Plu)

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Redactado por Davinia de la Rosa
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