miércoles, 18 de febrero de 2015

Lo que nadie te cuenta...

Hacía ya tiempo que no contaba ninguna historia sobre los peluches, WiFi ha llegado a casa y es un torbellino. Estábamos acostumbrados a Pluto y Gara que ya son mayores y están educados y llevan otro ritmo de vida, pero él es pura energía.

Hace ya un par de meses que está con nosotros, y a día de hoy no podría separarme de él. Ha aprendido mucho con nosotros, llegó tímido y asustadizo, pero va avanzando y ahora es inseparable de Pluto, ya sabe manejar a Gara, le encanta que lo acaricie y le de mimos. Ya se acerca a los conocidos, al principio no dejaba que nadie se le acercase, sobre todo los hombres, todavía hoy le cuesta un poco más confiar en los hombres. No sabemos por qué, y nos da igual, lo importante es que avanza. La llegada de un nuevo miembro a la familia es un momento precioso, adoptar es genial, pero hay algo que no te cuentan y debes saber.



Es verdad que nos ha alegrado la vida a todos, es cierto que lo quiero con locura (igual que a los otros dos), pero nadie nos dijo que llegaría y se comería mi kindle (mi libro electrónico) o el casco de la bici de Luis, pero al fin y al cabo son cosas materiales. Llegó y se adaptó muy rápido a la casa, pero nadie nos dijo que Gara sería dominante con él y que Pluto intentaría robar su comida para acabar peleando entre ellos, pero todos tienen que adaptarse. No puedo negar que nadie había disfrutado nunca tanto de un jardín como lo hace el, pero nadie me avisó de que su instinto de caza es superior a él y que mordería a una de mis tortugas durante horas hasta casi matarla.

Nadie me lo dijo cuando le iba a adoptar, no me avisaron de que al verle intentando comerse a mi tortuga sentiría rabía y gritaría hasta quedarme afónica al ver el charco de sangre que había provocado... pero debí haberlo sabido.

No es el primer perro que tengo, cuando adopté a Gara pasé horas poniendo a las tortugas en el suelo a su alrededor y castigándola cada vez que intentaba tocarlas. Tenía pesadillas, soñaba que las cogería y las mataría, así que puse todo mi empeño en que llegara a casa cansada por el ejercicio y en hacerle entender que no debía hacerles daño. Y lo entendió, años después podía dejar a las tortugas caminando por el patio y ella tomaba el sol mientras vigilaba que no se le acercaran más de lo que le gustaba, pero no hice eso con WiFi. Bajé la guardia y fallé.

WiFi casi mata a Sadam, pero la culpa es mía. Nunca le dije que no debiera matarla. No le saqué lo suficiente para que llegara a casa cansado por el ejercicio y no sintiera la necesidad de jugar con la tortuga. No se las presenté como animales a los que no se debe hacer daño, simplemente le dejé acceder al jardín confiando en que copiaría el comportamiento de Pluto y Gara como ha hecho con otras cosas. Cuando ves a un niño que se porta mal no piensas: “Es malo”, - porque los niños no son malos -, piensas: es culpa de los padres. Pues ésto es igual....


Sadam está bien, creo que por eso cuento ésta historia, si hubiera acabado de otra forma no sé si habría sido capaz de contarla. Le mordió el caparazón y parte de él desapareció, y le hizo una herida en el cuello, pero ya está recuperada y ha vuelto con las otras dos al agua a nadar y a tomar el sol. Es un milagro que las tortugas tengan una protección tan buena, se la ve feliz a pesar de todo. El día que la encontré mordida probablemente será un recuerdo horrible en mi mente toda mi vida, pero ahora que puedo verlo desde un punto de vista positivo intento aprender de lo que ha pasado y no volver a bajar la guardia nunca más.


2 comentarios:

  1. Hay por dios,qué susto te habrás llevado.Si al final Sadam se está recuperando,sólo queda enseñarle a respetar y no morder,que muchas veces se nos pasa lo de educarles.Pero mírale esa carita,pobre,también lo habrá pasado mal y ahora queda el aprendizaje.Mucha suerte a Sadam y que se recupere pronto,y a Wifi..............habrá que enseñarle a que las tortugas no se muerden.Paciencia,que con tiempo todo se consigue.Besos a todos

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  2. Gracias Pilar, si, culpa mía totalmente, aunque ya hayas pasado por tener que educarles y explicarles todo hay que volver a hacerlo con cada uno. El error fué confiarme y pensar que como Pluto y Gara no lo hacen el copiaría su forma de actuar. Por suerte ésto ha sido un aviso, y aunque Sadam ha sufrido bastante la veo bastante bien y espero que se recupere aún más, ya está con el resto nadando de nuevo. Y WiFi...es un trasto, habrá que explicárselo varias veces pero estoy segura de que lo entenderá ;) Un beso

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