jueves, 27 de noviembre de 2014

Ellos sacan lo mejor de ti

No creo que exista el perro que no necesita pasear, aunque mucha gente lo piense no les vale con tener un jardín grande ni una finca donde correr. Ellos quieren más. Es verdad que hay perros que se adaptan a la forma de vida de sus dueños, cuando llegan a cierta edad se vuelven más tranquilos y es posible que tan sólo pidan dos o tres paseos cortos al día para hacer sus necesidades, la perrita de mi madre es así, tiene 9 años.

 Los míos no son así, nunca lo han sido. Gara siempre fue hiperactiva, daban ganas de matarla algunas veces. Recuerdo que cuando era cachorra la sacaba a pasear mínimo 3 veces al día cada día, íbamos al parque y corría como una loca detrás de todo lo que veía, lagartos, algunas veces gallinas, otros perros, palos que yo lanzaba, juguetes, daba igual ella quería correr y tenía una energía sin fin.  Después de todo eso y largos paseos llegábamos a casa y yo me sentaba en el sofá, pero ella buscaba su juguete y lo traía encantada para que yo jugara con ella. Era incansable.

Después de un tiempo pensé que pasear no era suficiente, y como nunca se ha portado muy bien sin la correa tenía que buscar alternativas, así que empecé a correr con ella. Por ella me convertí en una “Runner”. Empezamos corriendo por el paseo junto a la playa, los primeros días no llegábamos al km, después de la primera semana ya lo superábamos. En pocas semanas ya corríamos 3 o 4 km unas tres veces por semana y cada vez más rápido. Cuando me di cuenta, la dos éramos capaces de correr 10 km en menos de una hora, si algún runner está leyendo esto puede que diga, “No es gran cosa”, pero para nosotras era un gran alivio.

El alivio no era sólo porque Gara llegaba cansada, yo también, pero además cada vez me sentía mejor. Me notaba en forma, pero por dentro estaba aliviada, tranquila, en paz, satisfecha. He hablado de Gara, pero no de mí. Yo de cachorra también era hiperactiva y sí, seguramente también daban ganas de matarme. Tenía demasiada energía acumulada, soy una persona impulsiva y con carácter, todo eso junto es una bomba. Cuando empezamos a correr todo eso fue disminuyendo, las dos estábamos más relajadas y teníamos más auto-control.

Después de eso dejamos la playa y empezamos a correr por la montaña, el Trail. El Trail es duro, encuentras más desnivel, tienes más posibilidades de hacerte daño por el relieve del terreno, pero para mí es más divertido. Ahí fue cuando se nos unió Pluto. Pluto es diferente, él es más un espíritu libre. Si le llevas a correr por asfalto y con correa antes de recorrer 4 km está cansado, se va parando y le notas sin aire, así que no te queda otra que parar porque tienes miedo de hacerle daño.  En cambio, si le llevas al monte…. Si llevas a Pluto al monte puede correr distancias mucho mayores. Pero él es diferente, Gara y yo corremos compitiendo contra nosotras mismas, con el ansia de superarnos, de correr más rápido, en cambio Pluto realmente disfruta del trayecto. Él se para cada cierto tiempo a oler, a comer hierva, a hacer sus cosas y luego viene a toda velocidad y nos adelanta unos 200 metros para que le de tiempo de volver a parar y seguir disfrutando.


Ahora ha llegado WiFi, alias “Conexión de Alta Velocidad”, hay que decir que viene con ventaja, WiFi es joven como lo era Gara cuando para cansarla había que correr mínimo 20 km. Después de todo éste tiempo Gara corre a mi lado, como guiándome o cuidándome, Pluto sigue a su aire parando cada rato, y luego intenta coger a WiFi en un intento desesperado por recuperar su juventud, pero eso sólo se puede hacer durante los primeros kilómetros, luego es imposible. WiFi va y viene, sube y baja, ésta mañana subió por una pared casi vertical y luego saltó de una altura de más de dos metros y siguió corriendo. Es un cachorro aún y su energía es increíble, pero nosotros necesitábamos ese tirón, esa motivación para no dejar de ir, para seguir disfrutando de sentirnos libres y volver a casa con la sensación de estar orgullosos de nosotros mismos y en paz. Seguro que algún novio padre de tres perros lo agradece infinitamente ;)

Efectivamente, ellos sacan los mejor de ti, te ayudan a conocerte, a realizarte y añaden emociones a tu vida  que quizás no conocerías si ellos no formaran parte de ella. Yo espero que conmigo lo sigan haciendo. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

¡REGALO PERRITO!

“Hola regalo dos cachorritos de perro de 1 mes eran 4 pero ya tengo 2 dados son hembras busco gente responsable son de tamaño pequeño raza mil leche con caniche. Atiendo wasap” 


Buscas gente responsable para regalar los dos cachorros que te quedan, y yo me pregunto: ¿Cómo los vas a buscar?, ¿vas a hacer entrevistas personalizadas y test de comportamiento? ¿O quizás vas a pedirles la declaración de la renta?, ¿En serio me estás contando que vas a encontrar a gente responsable y asegurarte que cada una de esas 4 personas se van a hacer cargo de tus cachorros como deben? ¡PERMITE QUE LO DUDE! Lo dudo porque no creo que tú -que no eres una persona responsable y has permitido que tu perra tenga cachorros en lugar de castrarla- sepas si quiera lo que es una persona responsable. Y sí, es posible que encuentres a una o dos personas responsables que de casualidad lean tu anuncio en Internet, pero dudo aún más que te intereses por ellos. 

Es sencillo, no esterilizo a mi perra, ocurre el “accidente” y ahora tengo 4 cachorros, soy buena persona y pongo un anuncio buscando gente responsable. Suerte para los cachorros. 

“Si alquien esta regalando un perro labrador que e de en toque por Whatsapp o llamarme. . . Si puede ser que sea cachorro para poder educarlo a mi mano ya que tengo un hermano de 4 años. Me da igual de que color sea y me da igual si es hembra o macho. Estaría muy agradecida. Es un regalo que le quiero hacer a mi hermano. Muchas gracias. 

Y en éste otro anuncio encontramos quizás a una de esas adoptantes responsables, ¿no? Está claro que es responsable, quiere un perrito para educar “a su mano”, por eso lo quiere cachorro. Es muy responsable, lo va a regalar a su hermanito de 4 años… otra persona de gran responsabilidad. Y para asegurarse de que todo salga bien, no parece preocuparle un perro de buen carácter, un perro con un nivel de energía concreta, NO… quiere el perrito de SCOTEX para su hermanito de 4 años. ¡Qué bonito! Quizás cuando su hermano tenga 13 años no quiera tener un perro o prefiera otra raza, o quizás simplemente disfrute más saliendo de fiesta con sus amigos y no tenga “responsabilidad suficiente” para ocuparse de un perro, en ese caso podemos pasar a leer el siguiente anuncio. 

“Se regala perrita muy noble y muy tranquila y acostumbrada a estar con niños. Busca un hogar donde la cuiden muy bien. ” 

No he colgado la foto, pero es un labrador. Se regala, es noble, tranquila, buena, fiel, divertida, juega con los niños… entonces, ¿por qué te la quitas de encima?, ¡si es la perra perfecta! No lo entiendo, no pone que sea un cachorro y por la foto no lo parece, es una perra adulta, la conocen y han convivido con ella porque saben que está acostumbrada a estar con niños, ¿entonces qué ha pasado? Supongo que simplemente es otro juguete roto…

“Regalo perrita de 3 meses mestiza, es muy cariñosa y juguetona! Regalo por tener ya muchos animales. ”

Ésta si es buena, se regala por tener demasiados animales, y ¿de quién es la culpa?, ¿de la perrita?, ¿en serio?, ¿quién decidió tener tantos animales? Ah, que se ha quedado preñada por un descuido, y cuéntame ¿quién decidió no esterilizar a la madre? Si, claramente esa perrita es la culpable de todos tus males, mira que escaparse y no cruzarse con un perro de su misma raza, es mejor que la regales eso si, al menos ten la vergüenza de poner en el anuncio que buscas a alguien responsable, sabemos que no serás capaz de conseguirlo, pero a lo mejor algún desaprensivo evita llamar por miedo a que realmente tengas "superpoderes" para averiguar si es responsable o no. 

Sí, me repito y se repiten las protectoras, los refugios, los albergues y toda esa gente PESADA que no entienden que: 

1- No quieres esterilizar a tu perra porque engordará, o porque a lo mejor le hace ilusión ser mamá o a ti tener cachorritos. 

¡No seas tan egoísta¡, tu perra no engordará si controlas su alimentación y hace ejercicio, y aunque engordase, tranquil@ a ella no le importa tener barriga, no dejará de ir a la playa por eso. 
Y no, a tu perra no le hace ilusión ser mamá, y si a ti te hace ilusión tener cachorros vete al albergue, estoy segura de que encontrarás perros de todas las edades, incluido cachorros. 

2- Es que quiero hacer un regalito a mi hermanito de 4 años. 

No te compliques, regálale una Wii, aunque ahora no lo veas te saldrá más barato, porque un perro lleva vacunas, lleva pastillas para desparasitación, comen comida que hay que pagar, y se ponen enfermos. Por si todo éste problema económico fuera poco, además de todo eso, los perros mean y cagan y tendrá que limpiarlo, los perros muerden cosas y hacen agujeros en las paredes y tendrá que repararlos, y aunque puede que tu hermano sea una persona responsable, no tiene autonomía para ello y no, tú no puedes ayudarle, porque tú no eres responsable, tú eres la persona que ha pensado que un perro es un objeto que se puede regalar y de eso no tienen la culpa ni tu hermano, ni el perro. 

3- Te lo regalo porque es un perro maravilloso y se porta genial. 

¡Mientes! Los perros son maravillosos, pero no se portan genial a no ser que les eduques para ello y tengas tiempo para dedicarles. Si fuera maravilloso y se portase genial, no le regalarías es más, no podrías separarte de él. Y si todo eso es cierto, y por un motivo de causa mayor (en el cual yo sólo incluiría para hacer eso a mis perros el que supiera que me voy a morir en breve y no tengo nadie de confianza con quien dejarlos…) ve a un refugio y pídeles ayuda para buscar personas realmente responsables que puedan hacerse cargo de él, porque tú no estás capacitado para ello, eso te lo digo yo. 





(Todos los anuncios han sido copiados de la Web de www.milanuncios.com, dónde puedes encontrar éstas y más aberraciones de tráfico irresponsable de animales, son originales, sólo se han modificado para suprimir datos de contacto o personales. 


Las fotos publicadas no corresponden con las fotos de los anuncios)

lunes, 24 de noviembre de 2014

El "orejotas" se queda!

No sabíamos si iba a funcionar, mirábamos a Gara porque conocemos su carácter, es mimosa y muy celosa, cuando llegó Pluto le aceptó sin problemas, pero otro perro… era un misterio. Por eso queríamos hacer bien las presentaciones y comprobar que es posible porque sinceramente, devolver un perro para nosotros no es una opción. Buscamos su foto en Facebook, en la Web del Refugio. Vimos esa foto con esas enormes orejotas y  nos encantó. Había poca información sobre él. Hace algunos meses habían publicado que le habían encontrado vagando por Los Realejos, delgado y muy asustado, no decían edad pero sí decían que era joven, se le notaba.

“No me gusta el nombre que tiene, Román”- me dijo-, a mí tampoco me gustaba. “Vale, pues ¿cómo le llamamos?, mira su foto, a lo mejor te sugiere algún nombre”. La miró un rato, con esas orejas, buscó en Internet y me enseñó una foto de Gizmo – La verdad es que era igual – Pero pensamos en ir gritando por el monte ¡Gizmo! (que con nuestro acento canario sería GISMO) y no nos convenció. Seguimos buscando nombres en Internet, sin encontrar nada que nos gustara y entonces se nos ocurrió: WiFi. Si en éste punto tengo que explicar el porqué de ese nombre…es que no han visto su foto ;) Seguimos el resto de la tarde planificando lo que haríamos el sábado cuando le lleváramos a pasear, lo que haríamos al traerlo a casa, vimos videos del Encantador de Perros de cómo incorporar un miembro a tu manada, y una serie de frikadas más. Estábamos muy emocionados, la semana se iba a hacer muy larga. Nos fuimos a dormir sobre las 23.00 sin parar de hablar del tema.

No dormí muy bien, estuve un bueno rato con los ojos como platos así que al día siguiente estaba muy cansada. Habíamos prometido guardar el secreto, así que al llegar al trabajo estaba histérica, quería mirar su foto, hablar de él, pero no podía. Nunca he sido una persona muy fuerte en ese aspecto, así que a media mañana se lo conté a mi amiga y también a un amigo, no podía más. Les mandé la foto que tenía y les hablé de todo lo que había sucedido.

Durante la mañana empezaron a aparecer noticias de una tormenta que se acercaba a las Islas Canarias. Hablaban de fuertes lluvias y vientos y alertas naranja. Los refugios y albergues empezaron y lanzar mensajes pidiendo ayuda para reunir cartones y para realizar zanjas para evitar inundaciones. Empecé a preocuparme por WiFi, seguía en el refugio e iba a continuar allí una semana. Al llegar a casa lo comentamos.No me costó demasiado convencerlo, creo que él estaba igual o más preocupado que yo, así que le envié un mensaje al Refugio proponiendo la posibilidad de ir a buscarlo al día siguiente, el martes. Creo que en el refugio tenían que estar confundidos con nosotros, queríamos conocer a Samantha pero luego era Román, le íbamos a buscar el sábado pero ahora era el martes, creo que no nos entendían bien. Le expliqué que estábamos preocupados por él y nos dijeron que podíamos ir sin problemas el martes.


Y allí nos fuimos todos, en familia. Gara y Pluto iban muy contentos, no sabían la que se les venía encima. Llegamos allí y sacaron a WiFi con su correa y empezamos a pasear. No todo fue perfecto, hubieron dientes, algún gruñido y caras de desconfianza, conozco a una peluda blanca que no iba a darse por rendida tan fácilmente, pero nada grave que no se pudiera solucionar. Y así, es como llegó a casa. Llegó nervioso, miedoso... Antes de ir a casa pasamos por la tienda de animales, compramos un collar y una correa nuevos y provisiones de comida para los tres...

Antes de entrar en casa dimos un buen paseo por los alrededores y luego, el primero en entrar en casa fue él. Entró con la correa puesta y paseamos por toda la zona de sus camas y por el jardín, y allí decidió quedarse, ese fue el primero de los problemas, no quería entrar en casa, prefería el jardín, pero hacía frío y estaba lloviendo. Tuvimos que meterle dentro a la fuerza y cerrar la puerta. Estaba muy nervioso, a penas dejaba que yo le tocara y si aparecía Luis se hacía pis encima. Decidimos ignorarlo y darle tiempo y espacio para que se adaptara. No queríamos agobiarlo.


A la hora de dormir ya me dejaba acercarme despacio, aunque seguía muy nervioso, sólo yo podía tocarlo. Estaba muy cansado, había sido mucho estrés para él, pero ya había decidido tumbarse en la colchoneta como si estuviera en casa. Pluto estaba sorprendido, le olía, intentaba jugar con él, pero WiFi todavía estaba descolocado. Gara no quería saber nada, no le miraba, no miraba a nadie, sólo permanecía tumbada en su sitio muy seria y si él se acercaba sacaba los dientes. Les dejamos a los tres dormidos y nos fuimos a dormir también.

Eran las dos de la mañana, y oí quejidos y gruñidos y salté de la cama gritando "¡Nooo!", Gara le había mordido. No era nada grave, pero estaba muy asustado, en realidad los tres estaban asustados, todos lo estábamos. Al principio no supe que había sido Gara, no tenía forma de saberlo, pero el miedo que WiFi le tenía me dio alguna pista, se acurrucó junto a Pluto y volvió a dormir. Los dos primeros días no hubo muchas novedades, poco a poco iba cogiendo más confianza, pero cada mañana había que volver a trabajar con él para que se acercara, eso sí, cada vez tardábamos menos tiempo y cada vez se acercaba más a los dos. No paró de llover desde el martes, así que los paseos eran imposibles. Llovía fuerte y hacía viento, así que decidimos no sacarlos a pasear los primeros
días. Eso hizo que fueran acumulando energía, y al tercer día WiFi decidió entrar en confianza. No es fácil adoptar un perro, piensas en adoptarlo e imaginas los momentos de felicidad, cuando lo abraces, cuando lo acaricies, cuando lo lleves a pasear, pero no imaginas el momento en el que decide rebuscar en una bolsa que has dejado olvidada a su alcance y destrozarlo todo hasta el punto en que te cuesta identificar a qué pertenece cada trozo. Y ahí te frustras, lo castigas pero te parece poco y piensas: "Maldita la hora en que se me ocurrió...", pero se acerca despacio después de un rato y te lame la mano, después de tres días sin querer que te acerques, te rompe las cosas y se acerca él a ti, como si supiera que ha hecho algo malo...

Aquí termina éste post pero también empieza nuestra historia. Los peluches ya no son dos, ahora son tres. Gara va a tener que aprender a querer a su nuevo hermano, WiFi va a tener que aprender a respetar los espacios de Gara, y Pluto... Pluto es todo amor, así que sólo le queda disfrutar de todo, jugando con WiFi y descansando junto a Gara, seguramente si todos viéramos la vida como la ve Pluto... todo sería más bonito.


jueves, 20 de noviembre de 2014

Y entonces él nos eligió a nosotros...


Como ya contamos en el post anterior visitamos el Refugio Internacional con la idea de adoptar a Samantha, pero no pudo ser. El día que paseamos a Samantha fuimos los dos, inicialmente yo cogí a Samantha y a él le tocó pasear a otro perro de la misma jaula. Los paseos son así, salen 4 o 5 perros de la misma jaula, los coges y los paseas en grupo, así no se mezclan y evitan peleas. A él le tocó Román.

Román era una especie de híbrido entre un podenco y algún perro de tamaño menor, era mucho más asustadizo que Samantha, y le costó que le dejara acariciarlo. Empezaron a caminar despacio para que Román no se asustara, y pronto sacó su curiosidad y empezó a coger un poco de confianza. “Es igual que Pluto” – me decía – “cuando lo saqué del albergue Pluto era igual de asustadizo, y se comportaba igual”, y no paraba de sonreír.

Yo seguía intentando encontrar razones de peso para poder adoptar a Samantha mientras el mundo se me venía encima cuando tenía dentro de mí la certeza de que era imposible, y no me di cuenta, pero Román estaba consiguiendo algo que yo no podía imaginar. Dentro de mi mundo, yo seguía a lo mío, le miré y le dije: “¿Esto es una locura verdad?, Es mucho perro para nosotros”, y él sonrió. Tengo que reconocer que por un momento me enfadé, no entendí por qué sonreía. Yo estaba a punto a echarme a llorar, y él sonreía, llegué a pensar que estaba aliviado por no adoptar a Samantha, que me había mentido y realmente había ido sólo por mí.

“¿Y un macho no te gusta no?”, preguntó. Me quedé pensativa, yo había ido a adoptar a Samantha, no había pensado en la posibilidad de adoptar a otro perro. “¿Lo dices por Román?”, y entonces vi como sonreía mientras lo miraba. “Es más tranquilito, un poco miedoso, pero tiene pinta de ser bueno. Y me recuerda mucho a Pluto cuando era pequeño”. Me pidió que lo paseara yo un rato para que nos conociéramos, claro que no me importaba que fuera macho o hembra, o grande o pequeño… lo único que me importa es que encaje con nosotros, con nuestros peluches, que pueda ser uno más.  Lo paseé durante un rato, y tenía toda la razón, era tímido pero curioso y, aunque tengo que reconocer que inicialmente no me había fijado en él, era muy guapo.



Se hizo la hora de volver al refugio, los paseos no son muy largos porque son muchos perritos y pocos voluntarios así que teníamos que dejarlo en su jaula. Los dos entraron y nosotros hablamos del tema mientras paseamos al siguiente grupo.  Estuvimos con varios perros más, y todos eran geniales, pero él seguía pensando en Román. Y entonces llegamos a un acuerdo: Lo importante no es qué perro, lo importante es que sea el perro correcto, por eso decidimos que se lo presentaríamos a Plu y Gara para ver que tal iba todo. Hablamos con la chica del refugio, y no dijo que entre semana sólo están hasta las 17.00, y como queríamos dar un paseo largo con ellos decidimos quedar para el sábado siguiente. Una semana entera.


Llegamos a casa y nos sentamos en el suelo con Plu y Gara a pensar en ello. “¿Qué opinas de Román”, me preguntó. – “Pues creo que ha sido muy listo, creo que pensó: A la rubia le gustan todos, voy a acercarme a éste a ver qué pasa… ¡y te cameló!”- “¿Crees que funcionará?”, los dos miramos a Gara con cara de preocupación mientras ella estaba tumbada sobre mí pidiendo caricias…

Continurá ...

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Samantha, mi amor imposible

Éste es uno de los post más difíciles de escribir para mí. He intentado empezarlo varias veces, pero siempre lo borro y vuelvo a empezar, no es fácil admitir los errores. Me gustaría contarlo tal cual ha sucedido, no es una historia, son sentimientos, y de todo esto me llevo un sabor agridulce.
Hace varios meses en 7ISLASx4PATAS sacaron como chica de portada a Samantha, una podenca canaria preciosa que a mí me enamoró con su cara desde el primer momento. Cada vez que compartían su foto, diciendo que llevaba dos años en el albergue y nadie había preguntado por ella se me partía el alma.

No es que a mí me gusten los podencos especialmente, tampoco es que  no me gusten. Tengo debilidad por los perros, todos en general. Como todos saben si están leyendo esto, yo ya tengo dos perros, así que la posibilidad de adoptar a Samantha era remota, pero me llamaba la atención.
Hablamos sobre ello,  sobre la idea de tener un tercer perro, uno de los dos (aunque siempre los dos han sido de los dos), pero uno en común. Al principio la idea no le convenció nada, pero con el tiempo se fue abriendo a esa posibilidad. En Agosto fue mi cumpleaños, y un amigo y una amiga que me quieren mucho le tantearon con el objetivo de regalarme a Samantha por sorpresa. No los culpo porque sé que lo hicieron con la mejor intención del mundo, y siempre conociéndome, pero fue un error. Todos sabemos a estas alturas que los perros no son un regalo, que implican mucha responsabilidad y él se sintió presionado y se cerró en banda.


Tuve que esperar un tiempo hasta que volvió a querer hablar del tema, pero no se me iba de la cabeza. Habíamos intentado ir varias veces al refugio, no para adoptar, sino para pasear a los perros – lo que se suele hacer todos los fines de semana que el tiempo lo permite en el Refugio Internacional-  pero por la lluvia no pudo ser. Así que me quedé con las ganas de conocerla.

Por fin, éste último domingo los planetas se alinearon y pudimos organizarnos para estar en el refugio a las 10.30. Cuando llegué le comenté al chico que queríamos conocer a Samantha, le expliqué que sólo era un acercamiento puesto que no teníamos nada decidido y me dijo que no había problema.

Me dieron la correa, y en el otro extremo estaba ella. Una perra impresionante, grande, elegante, preciosa. Todos tiran mucho de la correa cuando salen, están ansiosos, y ella me llevó tirando varios metros. Es toda energía, sus ojos son preciosos color miel, estaba atenta a todo, levantaba sus orejas y la pata delantera y se lanzaba sobre un matojo para pillar algún bicho que sólo ella había sido capaz de oír.

No puedo decir exactamente por qué, pero desde que caminamos un poco sentí una pena enorme, porque sabía que no podía ser. Samantha era imponente, con carácter, en absoluto agresiva o con mal comportamiento, pero su energía era de líder y yo sabía que Gara y ella no iban a llevarse bien. Intenté correr algunos metros con ella para ver si me seguía y así gastaba energía, pero no le interesaba, sólo quería investigar entre las hierbas.

Empecé a sentirme mal por no sentir esa conexión con ella, sinceramente era una perrita que me quedaba grande, sobre todo teniendo ya dos perros más. Tuve que pedir disculpas a Samantha dentro de mí, por no llevarla conmigo, yo había ido convencida por las fotos y la descripción que habían hecho de ella, pero me había equivocado. Llevarla a casa habría sido un error, nadie habría sido feliz, ni siquiera ella… al menos eso creo yo.  Ella volvió a su jaula como si nada hubiera pasado, con sus orejas arriba y su carita feliz. Y yo me fui a casa pensando en ella y todavía la tengo muy presente, pero sé que hice lo correcto, para ella y para nosotros.


Desde aquí les animo a los que tengan la oportunidad de ir a conocerla, no es un perro normal, necesita una persona especial que le dedique mucho tiempo y la quiera muchísimo. Y si no es la perrita de tu vida, al menos darás un paseo con ella que no olvidarás jamás. 



jueves, 6 de noviembre de 2014

Todo estaba oscuro cuando algo me lamió la mano ...

Era Agosto y un grupo de amigos nos organizamos para ir al Teide – en Tenerife – para ver las populares “Lágrimas de San Lorenzo” (Las Perseidas, una lluvia de meteoritos muy popular que se puede ver en éste mes sin pasar tanto frío).
Sincronizamos los relojes, compramos unos Kebab para llevar y subimos hacia el Teide. En el coche íbamos 5 personas más Gara – que viajaba en el maletero como hace siempre-. Éramos 3 chicos y 2 chicas, y el plan era encontrar un sitio tranquilo donde sentarnos a comer mientras intentábamos ver alguna “estrella fugaz” y pedir algún deseo. Después de una hora en coche y mucho debate, llegamos a una zona donde había sitio seguro para dejar el coche  y nos bajamos.

Todo estaba muy oscuro – lo ideal para ver bien lluvia la de meteoritos-, era un terreno de tierra seca, llevábamos linternas pero no las encendimos, preferimos aprovechar la luz de la luna. Comenzamos a organizarnos, uno de los chicos bajó a Gara del coche, siempre con su correa, a mí me tocó encargarme de llevar la bolsa que contenía los Kebab. Estábamos todos de pie en la oscuridad, sólo con la luz de la luna cuando noté que me lamían la mano.

Yo llevaba los Kebab, así que bromeando dije: “¡A alguien se le ha escapado Gara!, o eso o alguno tiene demasiada hambre ya, jajaja”. “No, Gara está aquí conmigo”, respondió uno de los chicos que estaba frente a mí, a distancia. Pensé que me estaban tomando el pelo, así que les dije: “Pues entonces alguien está babeando por la comida y acaba de lamerme la mano… ”. Entonces otro amigo notó algo también. Nadie decía nada, pero volví a notar el lametazo en la mano y algo saltó sobre mí.
Me asusté, no sabía lo que era y estábamos ahí arriba, en medio de la nada. Alguien sacó una linterna y apareció ella.

Era una podenquita y estaba muy delgada, no paraba de intentar comer algo y buscaba agua. En la oscuridad no lo vimos, pero era una cachorrita, tendría poco menos de un año. Llegados a éste punto empezó la discusión: “No podemos llevarla”, “si la dejamos aquí puede morir de hambre, sed o ser atropellada, además está haciendo mucho calor éstos días”, “¡Pero no hay sitio en el coche!”, “Vale, pues bajan ustedes y yo me quedo aquí, cuando los dejes a todos vuelves a subir”, “No te vamos a dejar aquí sola… ”, “Vale, entonces se viene con nosotros”.

Le dimos algo de comer y agua, y se quedó con nosotros a ver las estrellas. Era muy juguetona y no paraba de ir de un lado a otro. Cuando volvimos a casa iban las dos en el maletero, mirándose desconfiadas con algún gruñido de vez en cuando, pero llegamos bien a casa. Al llegar a casa le puse agua y pienso y como hacía un tiempo muy bueno de verano le pusimos unas mantitas en la terraza y allí durmió como un angelito. Barriguita llena corazón contento.

Al día siguiente Davinia y yo madrugamos y subimos a verla, era preciosa. Le pusimos Leónidas de nombre. Durante la mañana recibí varias llamadas que me hacían prometer que no nos la íbamos a quedar, que la llevaría a un albergue si no tenía dueño, y con mucho dolor lo prometí. Le pusimos una correo provisional y nos fuimos dando un paseo al veterinario. Casi una hora tardamos en recorrer el camino que normalmente hacemos en 10 minutos. No le gustaba mucho la correa.

Para nuestra sorpresa al llegar al veterinario tenía chip. No es lo normal, sobre todo con podencos. Llamaron al dueño y éste dijo que venía rápidamente a buscarla, vivía en la otra punta de la isla. Contó que había subido a cazar el fin de semana y la pequeña se separó del grupo, contó que se había perdido porque era muy cachorra y que había subido varias veces a poner agua y comida por si la veía, pero nosotras no nos creímos nada.
La tuvimos todo el día, repito: era preciosa y encantadora. Estábamos preocupadas, pero había que devolverla. Llegó el momento de devolverá a su dueño y la llevamos, estábamos muy tensas. Vimos a un hombre esperando, colocamos a la podenca tras nosotras y entonces él dijo: “¡Karioka!” y ella pegó un salto y fue hacia él más feliz que unas pascuas.

No me gustan los cazadores, creo que no respetan la vida y la quitan por placer. No creo en absoluto que lo hagan por ninguna necesidad y además utilizan a los perros como meras herramientas pero, tengo que admitir que Karioka estaba feliz de verlo y él parecía muy agradecido de que la hubiésemos encontrado. Nos contó algunas cosas sobre ella, que era muy “echada palante” y que siempre quería comer de más y robaba comida.

Volvimos a casa sin ella, pero creemos que hicimos lo correcto. Estuvo en casa solo un día, pero estará en nuestro recuerdo toda la vida. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Terapias con peluches: Lo que ellos pueden hacer por ti

Las mascotas curan. Eso es un hecho y se sabe desde hace mucho tiempo pero ahora no vayas a acercarle una pierna rota a todo perro con el que te cruces, curan pero de otra manera. Las terapias con animales se usan para tratar problemas de discapacidad intelectual o enfermedad mental y se tiene constancia de ello desde el siglo 18. Actualmente existen tres modalidades las Terapias Asistidas con Animales (TAA), las Actividades Asistidas con Animales (AAA) y los programas de visitas. En las terapias asistidas con animales se trata a pacientes concretos con problemas concretos y se realiza un seguimiento mientras que las actividades asistidas con animales están dirigidas a grupos y no hay un objetivo específico. Los programas de visita consisten en que los dueños acompañan a sus mascotas – que tienen que tener una certificación especial como animal terapéutico – a visitar a pacientes a hospitales.

Ahora mismo estos métodos están muy extendidos para tratar enfermedades como el Autismo, el síndrome de Down el Alzhéimer o la depresión. También se están usando como medio para relajar y sociabilizar en determinadas prisiones. No sólo con perros y gatos. Caballos, delfines y hasta canguros han demostrado ser auténticos sanadores.

Los beneficios que aportan son diversos y depende de lo que se esté tratando en ese momento pero el principal y común a todas las terapias es la empatía. Un contacto en términos de cariño con un animal favorece la empatía con el entorno y reduce las emociones de carácter violento.  En general reducen el estrés y la ansiedad. Por esta razón se están introduciendo estos métodos en el sistema penitenciario. En el caso de personas ancianas en residencias de ancianos estas terapias les alejan de sentimientos soledad, olvidan sus dolencias y favorecen la motricidad. Particularmente para aquellos pacientes con Alzhéimer el contacto con perros y gatos mejora la atención y la capacidad de comunicación. El hecho de que tengan que recordar el nombre del animal y los horarios de comida y paseo también ayuda a frenar el deterioro cognitivo. Los delfines han conseguido que enfermos de autismo aumenten sus habilidades sociales positivas.

Hablamos hasta el momento de discapacidad intelectual o enfermedad mental pero hay enfermedades físicas, como es el caso de la diabetes, en el que los perros también pueden ayudar. El agudo olfato de algunos perros les permite detectar bajadas de azúcar en sangre (hipoglucemias) y alertar de ello para evitar que la persona pueda entrar en coma si no recibe atención con rapidez.

No tiene por qué ser un animal exótico ni tiene que estar entrenado para ello. La presencia de una mascota siempre es positiva. En el caso de los niños, crecer junto a un perro o un gato les ayuda a desarrollar su empatía y a obtener responsabilidad y tanto para niños como para adultos favorece la socialización y aportan serenidad.

Hay muchas pruebas de que la terapia con perros funciona y es positiva, como ejemplo, os dejamos la historia de Owen Howkins, un niño londinense con síndrome Schwartz-Jampel, una enfermedad catalogada como rara que había mermado sus ganas de vivir hasta que llegó Haatchi su amigo fiel de tres patas.



Haatchi ha devuelto a Owen la vida de juegos y risas que se merece como cualquier niño. 


Redactado por Gustavo García
@glgargon on Twitter
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lunes, 3 de noviembre de 2014

La tía Davinia

La tía Davinia es guay. Pluto aún la conoce poco, porque ella se fue a vivir a la península antes de que Pluto llegara, pero en el poco tiempo que ha estado con ella él ya descubrió que la tía Davinia mola mucho, y explicaré por qué.

Hay muchos tipos de personas, personas altas, bajas, flacas, gorditas, con el pelo amarillo, el pelo negro, calvos, etc. A nosotros dos todo eso nos da igual, la cantidad de pelo en la cabeza no suele ser indicativo de que te vayan a dar más mimos o más comida, así que no nos importa.

La tía Davinia es de esas personas que hablan con nosotros, Pluto la mira y le pone esa carita de pena, si esa, como si le hubieran abandonado en una cuneta y que sirve para que las personas se sientan culpables y te den comida. Para no darle de comer, ella mantiene una conversación con él, diciéndole que no ponga esa cara que no va a conseguir nada. Nosotros sabemos que siempre, de casualidad, se le acaba cayendo un trozo de galleta, es inconsciente, pero es que Pluto controla su mente...

Una vez mami se fue de viaje y me dejó con la tía Davinia en casa. Estaba bien porque me sacaba mucho a pasear, se notaba que no tenía mucha experiencia recogiendo cacas con bolsas … pero las recogía todas. Mami le dio instrucciones, instrucciones aburridas de esas que no me dejan hacer lo que me da la gana, pero era sólo un fin de semana, no pensé que me diera tiempo a convencerla de pasar de las instrucciones. Mami dejó una bolsa de pienso, y una lata de comida húmeda. El primer día me puso pienso y la lata de carne COMPLETA! !Viva la tía Davinia! Mami es muy rata, siempre me pone dos cucharadas al día mezclada con el pienso, pero la tia Davinia me dejaba comer todo lo que yo quería, y fue a comprar más latas.

Por un momento yo misma dudé de si era capaz de comer toda aquella carne, pero hice un esfuerzo, total, luego lo iba a recoger todo la tía Davinia en bolsitas. Mami alucinó cuando se enteró de lo que estaba comiendo, hablaron por el aparatito ese infernal y la tía le explicó que pensaba que era una lata al día, la verdad es que mami la perdonó rápido, yo pensé que la iba a castigar en su sitio... pero no, hasta se rieron. Al día siguiente me puso solo un poco de carne, pero da igual, yo aún tenía carne del día anterior en la barriga.

La tía Davinia estornuda a veces cuando me acaricia mucho rato, pero a ella le da igual, me acaricia aunque tenga que lavarse las manos 7 veces, yo se lo agradezco, no me gusta la gente que me acaricia con las manos sucias. Ella siempre se ríe de las cosas que hago, y cuando viene a casa se acuestan muy tarde porque se ponen a hablar y hablar durante horas, pero así yo puedo aprovechar para dormir cerca de ellas mientas las escucho hablar, eso me gusta.

En fin, que la tía Davinia mola, la verdad es que la echo de menos … hace tiempo que no viene a vernos y ya tenemos ganas de que aparezca por casa. Ahora ella también tiene un perro, es mi primo Bertín, todavía no lo conozco, pero tiene que ser un perro muy gordo y feliz si ella es la encargada de darle de comer :)

domingo, 2 de noviembre de 2014

Una cucharadita por mami y otra por papi.



Todos hemos oído alguna vez, como una especie de leyenda urbana, que no se le deben dar dulces –azúcar- a un perro o gato y es cierto. Los dulces en general y el chocolate en particular son dañinos para nuestra mascota. Recuerdo que en tiempos de mis abuelas “los bichos” comían todo lo que sobraba en la mesa con algún “extra. Hoy en día existen una gran variedad de productos específicos dedicados a la alimentación de mascotas.

Mi caso es un poco particular porque tuve que alimentar a mis gatos en su periodo de lactancia a base de biberones. Lo primero que aprendí es que la leche de vaca es perjudicial para un gato a cualquier edad y que, al igual que para los bebes humanos, existe la leche maternizada para gatos y perros. Fueron seis semanas duras ya que había que darles el biberón cada pocas horas. Cada uno tenía el suyo porque nos dimos cuenta de que no les gustaba compartir bibe y tuvimos que comprar varias tetinas porque con sus dientes las destrozaban y nos daba miedo que se tragaran algún trozo de plástico. No me imagino lo que pasa la madre gata con esos dientes. El primer problema serio que tuve con ellos fue “destetarlos”. En realidad, solo la única hembra – Tigra – fue la que se resistió al cambio. Para pasar de la leche a la comida solida nos recomendaron que primero les diéramos de comer paté. Todos los cachorros se lanzaron a sus cuencos a devorar el paté menos Tigra. Tigra, olió el paté, nos miró y se puso a maullar. Cuando no le hicimos caso lo que se le ocurrió fue encaramarse a mi pierna y subir por el pantalón – los cacharros de gato tienen una uñas muy, muy finas...¡AY! – maullando y pidiendo su biberón. Costó mucho que aceptara la comida sólida.

Cuando ya todos comían paté, el siguiente paso era pasar al pienso. Comenzamos a mezclar pienso con paté hasta que al final todos acabaron comiendo pienso. Aquí surgió el segundo problema serio. Hasta ese momento les habíamos dado paté y pienso de la marca HILLS que es una marca bastante buena – y cara -, por lo menos mis gatos pensaban que lo era porque tuvimos que probar con muchos, muchos piensos hasta que dimos con uno que les gustaba. 

En serio, casi pensamos que ese pienso de HILLS tenía alguna droga gatuna a la que estaban enganchados. Fueron meses de recorrer supermercados y de comparar piensos. Descubrimos que aquellos piensos que incluían granos de diferentes sabores, si incluían granos de verdura, no les gustaban. Con estos piensos desarrollaron una habilidad que nos sorprendió. Eran capaces de llenar sus bocas con ese pienso, masticar como si la vida les fuera en ello y al terminar escupir los granos de pienso de verdura totalmente intactos. Cuando terminaban de comer encontrabas los cuencos llenos de granos verdes de verdura. Al final encontramos un buen pienso, de buena calidad, precio más ajustado y que fue bien acogido por estos gourmets peludos.

Redactado por Gustavo García
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