lunes, 29 de septiembre de 2014

Rasty, uno más en la familia.

¿Cómo es Rasty? El peque.

Rasty tiene 13 “añacos” y si tenemos en cuenta que Kevin acaba de cumplir 18 y Diana tiene 23 podemos decir que es el cuarto hermano (porque también tienen una hermana mayor, Vanesa a la que él también quiere profundamente), Rasty es como el niño pequeño de la familia. Es un perrito mestizo muy guapo y pesa 15 kilos. Respecto a sus gustos no me han sorprendido mucho: el jamón, salir a pasear y tumbarse a la “bartola”, caricias en la barriga, el típico perro de sillón ;).

Habilidades insólitas

¡Es más listo que el hambre! Los años dan sabiduría, eso lo sabemos todos y por eso sus dueños dicen que Rasty ha desarrollado la gran habilidad de “hacerse el muerto” para conseguir comida extra sí, se tumba en el suelo cuando le disparan y se queda inerte hasta que aparece la presa.

Historias para no dormir

Hablando con Diana, nos dijo que Rasty es también el “típico perrito ligón”, al que le gusta ir a casa de la vecina para ver a su novia. Diana dice que una tarde Rasty se escapó de casa y como de costumbre, todos dieron por hecho que había ido a casa de la vecina. Suele volver solo al cabo de un rato por lo que no se preocuparon demasiado, pero la cosa cambió cuando pasaban las horas y Rasty no volvía. Le llamarón desde la entrada de la casa pero no aparecía y decidieron ir a buscarlo.
Cuando llegaron a casa de la vecina no se podían creer lo que vieron: La casa de la vecina está rodeada por una valla metálica un metro y medio de altura aproximadamente. Pues bien, Rasty estaba atrapado en ella, ¡la mitad de su cuerpo estaba dentro de la casa de la vecina y el culillo asomaba hacia el otro lado por fuera de la casa! Estaba atrapado como a un metro de altura, y claro no podía entrar ni salir. Estaba perfectamente, pero casi no lo sacan porque no podían parar de reír.


Rasty y yo

Yo también conozco a Rasty desde que era pequeño, Diana, Kevin  y Vanesa son mis primos así que yo también he tenido la suerte de compartir muchas cosas con él. Pero cuando Rasty era pequeño nos ocurrió algo a ambos que nos unió para siempre.
Era Navidad, no sé si era el día de Reyes u otro especial. Estábamos todos reunidos en casa de mi abuela <3. Yo tendría unos 18 o 19 años por lo que Diana podría tener unos 8 o 9. Ella se dio cuenta de que Rasty no estaba, había habido mucho movimiento en casa ese día y hacía rato que nadie lo veía. Tras pasar un buen rato buscando opté por buscar fuera de la casa.  La entrada de la casa daba a un camino que tenía dos posibilidades: si subes autopista, si bajas carretera general. Crucé los dedos y bajé esperando que no hubiese subido en ningún caso y Diana bajó detrás de mí.

Yo no había visto a Diana que me seguía buscando a Rasty y cuando llegué a la carretera, allí estaba. En el borde de la carretera, tirado en el suelo como un trapito peludo. Yo me asusté muchísimo y entonces vi a Diana, miré de nuevo a Rasty pensando que estaba muerto y vi que intentaba arrastrarse con las patitas delanteras hacia nosotras. Grité, y le pedí a alguien de la familia – no recuerdo bien a quien- que cogiera a Diana y se la llevara y así hicieron.

Yo también estaba llorando y me moría de miedo, bajé hasta donde él estaba y lo recogí como pude para que otro coche no pudiera atropellarlo de nuevo. Apareció mi tía a mi lado y me ayudó a subirlo a casa, una vez allí todos estaban asustados, cada uno a su manera. Todos intentaban que Diana no se asustara aún más, pero era difícil controlarse. Yo lo tenía en brazos y veía que sangraba así que pedí a alguien que me acompañara a buscar un veterinario de guardia y  nos fuimos.

Tuvimos la suerte de encontrar un veterinario muy rápido, examinaron a Rasty y nos dijeron que se había llevado un buen golpe, el tratamiento era administrar analgésicos para el dolor, pero había que esperar a que evolucionara por si tenía lesiones internas para saber si se salvaría. Nos lo llevamos a casa y a vigilar.

El final de la historia no hace falta contarlo, 13 años tiene ya y 13 años hemos disfrutado de él y muchos más que esperamos disfrutar. Creo que es una prueba de que sí existen las historias con final feliz.



La otra parte

Al volver del veterinario, algunos vecinos nos contaron que vieron a Rasty cruzar la carretera a lo loco, un coche de marca Mercedes lo atropelló. No fue culpa del conductor, el perro saltó a la carretera y no pudo esquivarlo, intentó frenar pero no a tiempo, pero al ver lo que había sucedido miró alrededor, reanudó la marcha y se fue. Ni siquiera miró a Rasty.

Atropellar a un perro no tiene porqué significar  su muerte, pero si lo abandonas en la cuneta y nadie lo encuentra es posible que si muera, lentamente y sufriendo. No siempre se puede evitar atropellar a un perro, yo doy por hecho que el 100% de la gente mentalmente sana jamás atropellaría a un animal intencionadamente por eso, si te sucede, piensa que detrás de ese perro puede haber una niña que lo va a encontrar, una familia que lo pasa fatal en un día especial y tú puedes ayudar. Nadie te va a culpar por algo que no puedes evitar, es más, si me encontrase con esa persona que iba en el mercedes hoy,  le pediría disculpas, porque la negligencia fué nuestra, pero le habría agradecido que no nos dejase en la cuneta a Rasty y a mí. 

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