¿Cómo es Rasty? El peque.
Rasty tiene 13 “añacos” y si
tenemos en cuenta que Kevin acaba de cumplir 18 y Diana tiene 23 podemos decir
que es el cuarto hermano (porque también tienen una hermana mayor, Vanesa a la
que él también quiere profundamente), Rasty es como el niño pequeño de la
familia. Es un perrito mestizo muy guapo y pesa 15 kilos. Respecto a sus gustos
no me han sorprendido mucho: el jamón, salir a pasear y tumbarse a la
“bartola”, caricias en la barriga, el típico perro de sillón ;).
Habilidades insólitas
¡Es más listo que el hambre! Los
años dan sabiduría, eso lo sabemos todos y por eso sus dueños dicen que Rasty
ha desarrollado la gran habilidad de “hacerse el muerto” para conseguir comida
extra sí, se tumba en el suelo cuando le disparan y se queda inerte hasta que
aparece la presa.
Historias para no dormir
Hablando con Diana, nos dijo que
Rasty es también el “típico perrito ligón”, al que le gusta ir a casa de la
vecina para ver a su novia. Diana dice que una tarde Rasty se escapó de casa y
como de costumbre, todos dieron por hecho que había ido a casa de la vecina.
Suele volver solo al cabo de un rato por lo que no se preocuparon demasiado,
pero la cosa cambió cuando pasaban las horas y Rasty no volvía. Le llamarón
desde la entrada de la casa pero no aparecía y decidieron ir a buscarlo.
Cuando llegaron a casa de la
vecina no se podían creer lo que vieron: La casa de la vecina está rodeada por
una valla metálica un metro y medio de altura aproximadamente. Pues bien, Rasty
estaba atrapado en ella, ¡la mitad de su cuerpo estaba dentro de la casa de la
vecina y el culillo asomaba hacia el otro lado por fuera de la casa! Estaba
atrapado como a un metro de altura, y claro no podía entrar ni salir. Estaba
perfectamente, pero casi no lo sacan porque no podían parar de reír.
Rasty y yo
Yo también conozco a Rasty desde
que era pequeño, Diana, Kevin y Vanesa son
mis primos así que yo también he tenido la suerte de compartir muchas cosas con
él. Pero cuando Rasty era pequeño nos ocurrió algo a ambos que nos unió para
siempre.
Era Navidad, no sé si era el día
de Reyes u otro especial. Estábamos todos reunidos en casa de mi abuela <3.
Yo tendría unos 18 o 19 años por lo que Diana podría tener unos 8 o 9. Ella se dio
cuenta de que Rasty no estaba, había habido mucho movimiento en casa ese día y
hacía rato que nadie lo veía. Tras pasar un buen rato buscando opté por buscar
fuera de la casa. La entrada de la casa
daba a un camino que tenía dos posibilidades: si subes autopista, si bajas
carretera general. Crucé los dedos y bajé esperando que no hubiese subido en
ningún caso y Diana bajó detrás de mí.
Yo no había visto a Diana que me
seguía buscando a Rasty y cuando llegué a la carretera, allí estaba. En el
borde de la carretera, tirado en el suelo como un trapito peludo. Yo me asusté
muchísimo y entonces vi a Diana, miré de nuevo a Rasty pensando que estaba
muerto y vi que intentaba arrastrarse con las patitas delanteras hacia
nosotras. Grité, y le pedí a alguien de la familia – no recuerdo bien a quien- que
cogiera a Diana y se la llevara y así hicieron.
Yo también estaba llorando y me
moría de miedo, bajé hasta donde él estaba y lo recogí como pude para que otro
coche no pudiera atropellarlo de nuevo. Apareció mi tía a mi lado y me ayudó a
subirlo a casa, una vez allí todos estaban asustados, cada uno a su manera.
Todos intentaban que Diana no se asustara aún más, pero era difícil
controlarse. Yo lo tenía en brazos y veía que sangraba así que pedí a alguien
que me acompañara a buscar un veterinario de guardia y nos fuimos.
Tuvimos la suerte de encontrar un
veterinario muy rápido, examinaron a Rasty y nos dijeron que se había llevado
un buen golpe, el tratamiento era administrar analgésicos para el dolor, pero
había que esperar a que evolucionara por si tenía lesiones internas para saber
si se salvaría. Nos lo llevamos a casa y a vigilar.
El final de la historia no hace
falta contarlo, 13 años tiene ya y 13 años hemos disfrutado de él y muchos más
que esperamos disfrutar. Creo que es una prueba de que sí existen las historias
con final feliz.
La otra parte
Al volver del veterinario,
algunos vecinos nos contaron que vieron a Rasty cruzar la carretera a lo loco,
un coche de marca Mercedes lo atropelló. No fue culpa del conductor, el perro
saltó a la carretera y no pudo esquivarlo, intentó frenar pero no a tiempo,
pero al ver lo que había sucedido miró alrededor, reanudó la marcha y se fue. Ni
siquiera miró a Rasty.
Atropellar a un perro no tiene
porqué significar su muerte, pero si lo
abandonas en la cuneta y nadie lo encuentra es posible que si muera, lentamente
y sufriendo. No siempre se puede evitar atropellar a un perro, yo doy por hecho
que el 100% de la gente mentalmente sana jamás atropellaría a un animal
intencionadamente por eso, si te sucede, piensa que detrás de ese perro puede
haber una niña que lo va a encontrar, una familia que lo pasa fatal en un día
especial y tú puedes ayudar. Nadie te va a culpar por algo que no puedes
evitar, es más, si me encontrase con esa persona que iba en el mercedes hoy, le pediría disculpas, porque la negligencia fué
nuestra, pero le habría agradecido que no nos dejase en la cuneta a Rasty y a
mí.
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